Por:Lagümchefe
Aproximadamente nueve años después, este domingo 23 de abril vivimos nuevamente una jornada épica en el Movistar Arena, hordas de malditos bangers se hicieron presentes, entregando vidas nuevas a la marea metalera, pandillas de nauseabundos amantes del metal estuvieron dispuestos a disfrutar de una maratónica jornada que implicó el festival metalero insigne de esta larga y angosta faja, todo fue despiadado y lleno de un desborde que voló cabezas a destajo.
Escenario Hell Stage
Doce treinta y cinco de la tarde del domingo veintitrés de abril del año dos mil veintitrés, Enigma apostado en el Hell Stage daba inicio a una nueva versión del The Metal Fest, que después de largos años volvió en gloria y majestad, haciendo vibrar a un Movistar a puro Metal.
La primera presentación de la tarde fue con poco público, en comparación a todo ese mar de gente que estuvo presente durante toda la jornada, pero para ser tan temprano los primeros bangers que llegamos nos hicimos notar, tomando posición en cancha o en la bienvenida sombra que daban los árboles sobre el pastizal.
Enigma se dedicó a lo suyo, con un frontman que constantemente incentivó a los bangers, que en las canciones más pesadas se hicieron notar, lamentablemente todo el esfuerzo de Cesar, el vocalista, se ve un tanto opacado por lo estático de sus dos compañeros, Alvaro Paci en guitarra y Sebastián Bello en bajo, que podrían ser más dinámicos tanto en su propia interacción como con la de los malditos bangers que estábamos apostados.
Y sigo pensando que Enigma sonaría mucho mejor con una segunda guitarra, y pasarían mucho más desapercibidos los problemas de sonido que por momentos tuvo la guitarra de Alvaro, pero en resumen fue un buen inicio para calentar motores en una jornada de extenso y puro metal.
Vilú sube al Hell Stage a descargar todo su poderío para hacer hervir la sangre, entregando nuevos bríos para seguir con todo lo que quedaba de día.
Se descarga tema tras tema entregando una calurosa presentación, cuándo el sol nos pegaba más fuerte, Vilú encendió aún más la caldeada tarde.
Vilú descargó toda su potencia en un Hell Stage que parecía una verdadera caldera, buen segundo acto que nos dejó pidiendo en un buen pie para entrar al Metal Stage.
Destruyendo los sentidos con melodías que evocan a un presente adictivo, sanguinario y maldito, que por momentos huele a una fausto hastío, Recrucide se sube al Hell Stage con toda la impronta que los caracterizan.
Recrucide es un torbellino que toma vuelo desde los primeros momentos, dotando a cada segundo de su presentación, de esa sangre fresca que por momentos es tan necesaria para oxigenar la existencia.
Recrucide lo logra demostrando toda su esencia maligna, esa que tanto lo caracteriza, machacar constante, riffs poderosos que llaman al headbanging constante, guturales que hacen quebrar ese maldito reloj que por nada del mundo es capaz de detener su marcha incansable.
Recrucide entregó un ritmo apabullante con un camino claro y conciso, que muestra el evolucionar inmejorable de una banda que no detiene su andar.
Cabrio sacudió el Hell Stage con una intensa presentación, llena de esa virulencia de antaño pero con todos los recursos que últimamente a presentado Cabrio desde que saco el Devotion and Hate.
Ejecutando de manera muy inteligente, aguda e intensa un poderoso, enérgico y vigoroso Thrash Metal con los clásicos elementos del género, riffs furibundos, rabiosos, violentos, solos de guitarra que entregan textura, potencia, energía y melodías que nos brindan un constante azote de neuronas.
Cabrio es odio a lo establecido, un constante machacar es la consigna, iniciando un continuo despliegue del más tortuoso y aniquilador vaivén, Cabrío nos brindó una intensa presentación que nos dejó fulminantes riffs y constantes cambios.
Poco en verdad conozco de esta banda y lo escaso que escuché me pareció aceptable, con riffs rabiosos y furiosos se nota que tienen su público, ya que corearon algunos temas que se notaban más orejas.
Se reconoce que la presentación de Devil Presley le entregó una diversidad al Hell Stage que se destaca, ya que dentro de nuestra angosta faja, existen bastantes exponen de distintas tendencias dentro del metal y el rock pesado que se agradece disfrutar.
Torturer es un vendaval despiadado arriba del escenario, como una ráfaga que no tiene fin, hace desvocar los sentidos, volviéndolos volubles al asesinar machacante de headbanging.
Torturer tiene una monstruosa historia en la escena chilena, remontándonos a viejos tiempos y a escenarios que ya lamentablemente son solo recuerdos.
Pero a diferencia de aquellos, Torturer es pasado, presente y futuro, porque a pesar del tiempo el ente demoniado de Francisco Cautín no tiene para cuándo parar y se agradece.
Porque cada riffs que se presenta afilado nos vuelve a llenar de recuerdos y a la vez nos hace sentir como esa bestia de mil cabezas vuelve siempre a renacer, a reinventarse y a seguir luchando con más bríos que nunca por una escena que a pesar de miles de pandemias, vuelve a flote.
Torturer regresa de entre los muertos, más despiadados que nunca, en un incansable moshpit, en dónde se enarbolan banderas de luchas.
Torturer nos entrego todo su salvia ponsoñosa en una presentación solida, entregandonos esos clásicos que laten fulgurante, atiborrandonos de recuerdos perdidos en ese subconsciente podrido.
Cuando el infierno golpea la tierra, se abren llamaradas siniestras, desde aquel fuego salen expelidos demonios que comienzan el jolgorio, ese que no tiene fin y que arriba del escenario comienzan una masacre sin misericordia.
Undercroft nos lleva al pasado de violencia con su despiadado Death Metal, que se vuelve de un alto octanaje, sin piedad bombardea tus sentidos, para desplegar con extrema agresividad los recursos que vuelve su presentación en un martillar, que solo busca tus plegarias y vuelvas a caer en las llamas.
Lamentable Claudio Illanes no pudo estar en esta presentación siendo remplazado de emergencia por Gonzalo Fuenzalida, que pertenece a las filas de Bonebreaker, por lo mismo se afiata de gran forma a la banda y los temas no le son para nada una dificultad, por el contrario logra una gran performance.
Undercroft fue la hueso con temas clásicos como son “Bonebreaker”, “Mercy” o el “To the Final Battle”, que todo maldito banger de antaño los reconoce de inmediato y la nueva camada los disfrutó a destajo.
Finntroll Hell Stage
El folk metal se hace presente en el cierre del Hell Stage y para muchos esta parecía una presentación que no se podían perder, porque las ganas por presenciar a Finntroll se vieron reflejadas en el apuro de muchos al terminar la presentación de los legendarios Testament en el Metal Stage.
La explanada del Metal Stage quedó completamente repleta como pocas veces he visto, siendo los primeros sones paganos una delicia para todos aquellos seguidores de la banda que vitoreaban y se enardecian con la presentación de los orejas de troll.
Los sonidos que levantaba Finntroll incitaba a todos los presentes a vivir momentos destacados y entregarse a esos cuentos paganos de épicos momentos pasados.
Sólida presentación que dejó a todos extasiados a más no poder, dejando felices a los fans, esos que son acérrimos o a quienes simplemente miraron la performance para disfrutar de todo lo que ofreció el Hell Stage.
Metal Stage
El inicio del Metal Fest 2023 en el Metal Stage fue brutal y estuvo a cargo de los inmortales de Benediction, que nos entrego una vez más una brutal lápida de puro y clásico Death Metal.
La presentación no fue un caballo loco que galopó sin sentido, por lo mismo el frenesí fue el adecuado, en los momentos más álgidos, donde los clásicos temas rindieron a los bangers que se lanzaron a los primeros moshpit del día.
Entregando velocidad en los momentos justos, llenando la presentación de una pesadez nauseabunda, sacada desde las mismas escrituras que arden desde la eternidad en las cenizas del averno.
Benediction tiene ese hálito de pesadumbres que se marca en los riffs de medio tempo y vocales sacadas de un putrefacto abismo, death metal crudo sin lujos, que va directamente a quebrar tu maldita alma.
Benediction sigue firme en sus raíces, sonando brutales, bestiales y llenos de un ímpetu sanguinolento, la leyenda sigue más viva que nunca.
Dark Angel fue la segunda banda en subir al Metal Stage desatando una tromba imparable en cancha, un moshpit desatado con bengala incluida era el punto álgido en una tarde en la que pasábamos coordinando tiempo, para no perder detalles entre el Hell Stage y el Metal Stage, además con la necesaria obligación de ir a refrescar nuestras gargantas con su respectivo brebaje.
La tromba que se vivió en cancha daba para pensar que lo que se vendría sería espectacular, público entregado al 100% solo es sinónimo de un despliegue así de inigualable arriba del escenario.
Dark Angel nos hizo volver al pasado con esos temas que ya son clásicos, golpes seguros al mentón, que solo nos hace querer reventar a patadas este puto sistema que solo genera segregación.
Todo fue miel sobre hojuelas para Dark Angel, la entrega y capacidad de la banda dió muestra que tienen cuerda para rato y nuevamente se deleitaron con un público que hizo temblar el Movistar con un constante e infernal mosh.
Napalm Death sube al Metal Stage y en una aplanadora de bestialidad, una metralla que no da respiro, cada tema es sinónimo de golpes extremadamente rápidos, contundentes que dejan a los bangers con sed de destrucción y en el moshpit lo hacen notar.
Acordes a una velocidad vertiginosa, guturales llenos de tirria entregándole un sonido muy crudo que exige al sonidista un volumen que reinventa los tímpanos.
Desde el comienzo la presentación de Napalm Death, es un viaje que no da tregua, es un campo de batalla en pleno bombardeo y no da respiro.
Como la mayoría de sus presentaciones, los riffs acelerados son bombas en racimo que destruyeron cada pensamiento afable que pudon nacer en nosotros. Es un mazazo a cualquier mentón, de una gran crítica social, cagandose en este puto sistema neolibral.
Stratovarius me sorprendió de entrada con un gran sonido y una poderosa entrega, que como respuesta recibió constantes vitores y un coro de más de quince mil personas en las canciones más clásicas de la agrupación.
Y en esos temas en dónde mejor se luce la banda, es cierto que podría tener mayor protagonismo la guitarra, que en cierta medida queda un tanto relegada, pero el buen sonido logrado por Stratovarius hace que uno vuelva a reencontrarse con ese power tan clásico.
También es verdad que los clásicos temas hacen que el mar de bangers presentes en el Movistar Arena coreen a más no poder ese enigmático vibrar, que nos hace volver a los noventa.
La presentación de Stratovarius fue una vuelta a esos sonidos clásicos, a una década en dónde el flamear de esa mítica energía recorría estrellas y planetas.
Al hueso con casi puros clásicos Accept estremeció el Metal Stage, demostrando que son de esas bandas que escenario que pisen dejan su huella imborrable.
La solidez del gran Wolf Hoffman es notable con su desplante y descollante manejo de su guitarra se hecha al hombro a toda la agrupación por supuesto acompañado de un destacado y totalmente solido Mark Tornillo con su característica voz.
Es imposible no corear emblemas como son “Metal Heart”, “Teuutonic Terror” o “Balls To the Wall” que hicieron cantar a todo un Movistar.
Corta presentación que pasó extremadamente rápido, pero fue una tremenda antesala para esos dos monumentales monstruos que tendría como cierre esta versión del The Metal Fest 2023.
La furia tomó por asalto el Metal Stage con un vendaval de proporciones catastróficas, todo era imbuido por la máquina destructiva y demoledora llamada Testament.
Los bangers sin mostrar un ápice de agotamiento, en la cancha o plateas desbocados llamaron a la locura catártica, el frenesí se transformó en constantes moshpit que seguían demostrando esa sed por metal constante.
Mientras Testament arriba del escenario es esa máquina muy bien aceitada que tal como reloj apunta cada segundo a su destrucción masiva.
Cada integrante desarrolla su papel a la perfección con un Alex Skolnick poniéndole de su cosecha en algunos solos, un Peterson sólido aunque por momentos su guitarra sonará un tanto más despacio, por lo menos desde mi posición, DGiorgio un monstruo del bajo hizo de las suyas en todo momento demostrando cuán importante es dentro de Testament y por supuesto el legado en el metal, la nueva incorporación en la bataca cumplió su papel a cabalidad y el encargado de llevar la voz a que destapara nuestros tímpanos el imparable Chuck Billy cantando más gutural que nunca.
Es verdad que no tuvimos sorpresa ninguna, pero la calidad de banda que se ha transformado Testament a lo largo de los años, hace que su performance sea un mazazo tremendo.
Los clásicos del thrash de la vieja escuela como son “Practice What You Preach”, “The New Order” o “Into The Pit” generaron intensos estados de locura temporal que solo pudo ser absorbida por los incesantes e incansables moshpits, en una presentación que fue solida y contundente tal como lo viene demostrando Testament hace largos años. Sandía calada como se dice coloquialmente.
Cada vez que pisa terreno chileno, Kreator juega de local, sea de manera individual en escenarios como el Caupolican, o mas intimo como La Cúpula del Parque O’higgins o presentes en maratónicas jornadas como uno más de cartel o como ahora cerrando una nueva versión del The Metal Fest Chile.
Chile tiene un cariño irrestricto por el grupo encabezado por Mille Petrozza y siempre lo hace notar y la noche del domingo no fue la excepción, miles de bangers y como toda la jornada se enfrascaron en los intensos e interminables moshpit que a cada momento se hacían más grandes, como un huracán de grandes proporciones, esas centenares de personas daban vida a una cancha que realmente fue inagotable durante todo el maldito y despiadado día.
La brutalidad, intensidad y locura, que se vivió en el cierre fue digna de una épica batalla, bengalas incluidas teñían de rojo la noche que incansablemente Kreator golpeaba una y otra vez, el éxtasis era ensordecedor, y cada banger que permaneció hasta el último segundo dentro del recinto lo agradeció.
Al igual que con Testament sorpresas no hubieron y el setlist de los alemanes es archi conocidos, pero esa cero novedad o sorpresa se suple con una entrega encomiable y un desplante arrollador, desde los primeros segundos Kreator, es un máquina que no deja pie con cabeza, que desde los sonidos más avasalladores a los más calmos, cada segundo fue una demolición despiadada.
“Pleasure To Kill” sonó tremenda y miles de gargantas se fusionaron para gritar a los cuatro vientos como locos enajenados.
Kreator fue un gran cierre para un Metal Fest festival que funcionó muy bien en su organización, que tuvo un apoyo masivo por parte de los bangers que repletaron cada rincón del maldito Movistar Arena.
Cosas por mejorar en cuanto a logística, por supuesto que sí, como por ejemplo, el maldito cuello de botella que se hacía si uno quería pasar de platea a platea, todo esto por la parte exterior, los stand tanto de comida como de bebestibles fueron sobrepasados y la demora era agotadora, el mismo sector fue atiborrado de bangers, que tampoco lograban encontrar un lugar donde sentarse.Detalles que espero, como muchos, que para la versión del próximo año mejoren, transformando la experiencia The Metal Fest 2024 en una devastación del agrado total.
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Poducen:The Fanlab –The Metal Fest
