Therion en Chile; Fuimos embriagados por las sombras verdes del paraíso.

Como la luna cambiante en una caliente noche de verano, in crescendo o decrescendo las tonalidades que  surgieron desde el escenario de La Blondie, fueron de embriagadores sones que hicieron la catarsis perfecta para afrontar el resto de una candente semana.

By : Mario González Rojas

Polimetro 

Polimetro abre la noche con su característico power metal de sangre progresiva,  ese que entrega ferocidad y tecnicismo a raudales cuándo las primeras notas de Laberintos se toman el escenario. 

Vendaval que deja huella en los presentes que desde un inició entonaron los clásicos de la banda, en dónde su núcleo central ya tiene más de 25 años en escena. 

En aproximadamente 40 minutos, Polimetro lanzó  una artillería que muestra la calidad de banda que son, haciéndonos transitar por parajes de vertiginosas vertientes hasta momentos más calmos, en los cuáles muestran su faceta más introspectiva.

Metropolis sigue siendo una trabajo de primer nivel que en conjunto con los temas de Fragmentos lograron abrir una tempestad dentro del recinto.

El mar antiguo dominó una noche que se llenó con la intensidad de un color ocre, en dónde el calor fue el acompañante perfecto para transformar a la Blondie en un sauna que navegó con oleajes que llenaron de vaivén cada canción que se despachó desde el escenario.

Las vocales féminas nos hipnotizaron al nivel de llegar a confluir en momentos imaginarios, como despedidos a parajes de otros tiempos, de mitología inconmensurable, que escribieron su leyenda sobre mantos sagrados.

Canto lírico que atiborrado nos deja, para entregarnos el aire necesario que llena los pulmones para no acaecer atribulados, porque el calor dentro del recinto aumentaba mientras los minutos pasaban.

Christofer Johnsson es el maestro de la ceremonia absolutamente y cuál director de orquesta maneja los tiempos a cabalidad, haciéndose notar aunque no esté en primera línea; desde ni posición la guitarra de Johnsson se escuchaba demasiado despacio, incluso por pasajes se me perdía completamente.

Pero conversando con otros bangers, posterior al recital, qué estaban desde la mitad hacía atrás de La Blondie, me comentaron que el sonido se escuchó impecable, pero concordaron conmigo que la temperatura estaba alta, posiblemente el fragor de la instancia y la contienda musical hicieron que el aire acondicionado perdiera la tregua y lo hiciera zozobrar.

Therion dio rienda suelta a su versatilidad musical, mostrando temas de sus últimas producciones como son Leviathan I y II, que fueron escuchadas con entusiasmo pero sin ebullición.

Porque dónde realmente se desata la locura, es cuándo los temas nos remontan a la segunda mitad de los noventa y los poderes de Thagirion se hacen presentes, haciéndonos beber el vino de Aluqah y respirar el humo secreto de Dios.

Fuimos embriagados por las sombras verdes del paraíso, en la cual Therion desarrollo una noche donde el misticismo de lo que nada es verdad y de lo que todo está permitido, inundó nuestros corazones, así lo escuchamos y lo interpretamos en cantos que llegaron a los mismo oídos del viejo que en la montaña leyó en su Libro de las Mentiras.

Chargola Producciones

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